Con un grito de" Alerta" el centinela comenzaba la
jornada militar,esto se efectuaba frecuentemente para no dormirse y atestiguar
su vigilancia. Misteriosamente, durante una noche oscura, desapareció un
centinela de esta garita, surgiendo así la leyenda de la "Garita del
Diablo".
Los habitantes de la isla de Puerto Rico, eran muy propensos
a los ataques de piratas. Por tal razón tenían que pasarse la vida vigilando.
La ciudad capital estaba rodeada (aún está) por castillos y murallas .
Alrededor de las murallas habían, entre trecho y trecho, unas garitas o
torresitas donde los soldados hacían su guardia día y noche.
Por las noches se sentían las rondas de gritos que los
centinelas gritaban para no dormirse
Entre todas las garitas, había una, la más distante y
solitaria. Estaba sobre un acantilado profundo en el extremo de la bahía. En el
silencio de la noche, el ruido del mar producía un rumor como si los malos
espíritus estuvieran cuchicheando.
Había un soldado al cual llamaban "Flor de
Azahar". El y como el soldado Sánchez tenía la piel blanca como el azahar,
le llamaban así. Esa noche le tocó a Sánchez velar en esa garita.
Como de costumbre, los gritos de contraseña de los soldados
se escuchaban de trecho en trecho. Pero, al llegar al de el soldado Sánchez,
nadie contestaba. Solo se escuchaba el viento silbar y el mar con su rumor.
El miedo se apodera de sus compañeros que pasaron la noche
temblando, del solo pensar, que le hubiese pasado a su compañero.
Al salir el sol, todos salieron corriendo hacia la garita a
ver qué había pasado en la garita, que se había quedado muda durante la noche.
Encontraron: el fusil, la cartuchera y el uniforme del soldado Sánchez. El
soldado Sánchez, había desaparecido sin dejar rastros.
Los soldados, que eran supersticiosos, comenzaron a decir
que un demonio lo había sorprendido y se lo había llevado por los aires.
Desde ese día, a la garita del desaparecido Sánchez, se le
conoce como "La Garita del Diablo".