Cuenta la leyenda, que allá por el siglo III gobernaba en
Roma, un tirano de nombre Claudio III, quien era un feroz enemigo de los
cristianos.
Valentino, era un hombre creyente que se negaba a adorar a
los dioses Romanos, y al enterarse de su actitud, fue apresado por los soldados
del imperio. Ya en su celda, el carcelero llevó a Julia, su bella hija ciega,
para que Valentino la educara. Allí, entre rezos, la Joven creyó en la fe
cristiana y por milagro, recuperó su vista.
Cuando el centurión prohibió las visitas, ambos se
escribieron hermosas cartas en las que él, le suplica defender su fe a pesar de
todos los peligros. Así, Valentino fue llevado a la Ahorca un 14 de febrero del
año 270. Julia, sufrió mucho, pero la alentaban sus cartas que alababan a
Cristo.
Como homenaje, plantó un almendro junto a la tumba de su
padre, convirtiéndose en el árbol del Amor y de la Amistad. Años después, San
Valentín seria consagrado como patrón de las personas que se aman.
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