Escrito por : Isabel
Hace muchísimo, pero muchísimo tiempo, existían unas
criaturas maravillosas, los unicornios.
Vivían en la India y tenían el cuerpo de caballo, con patas
de antílope, barba de chivo y un cuerno recto en la frente. Los unicornios eran
de color blanco.
Estos seres no podían ser vistos por cualquier persona, sino
por aquellos que fueran bondadosos y puros de corazón. Se supone que sólo las
jóvenes doncellas podían cuidarlos y protegerlos. También es por este motivo,
que emplearon a estas doncellas para atraparlos.
El cuerno del unicornio tenía poderes curativos, podía
combatir enfermedades incurables, servía como antídoto para venenos y otras
leyendas le atribuyen poderes de elixir de la eterna juventud.
Para desgracia de estos animales, si se les quitaba su
cuerno, morían al instante.
Durante la Edad Media, muchos nobles buscaban este trofeo y
ofrecían grandes recompensas para quién pudiera conseguirles un cuerno de
unicornio de la India. Esta práctica llevó a la extinción de estos animales
mágicos.
El unicornio era un animal solitario y tímido, sin embargo,
podía ser muy agresivo, por lo que su captura resultaba particularmente
difícil.
Se consideraba que brindaba protección contra todos los
venenos conocidos y también contra las enfermedades incurables. Era creencia
que quien ingiriera alguna poción preparada con cuerno de unicornio, viviría
eternamente.
Los nobles consumían el cuerno molido preparado con la
comida o la bebida, y su acción era más intensa si la copa estaba hecha con un
cuerno de este animal.
En realidad, las copas de cuerno de unicornio debían estar
hechas con cuernos de rinoceronte o con el colmillo de la ballena narval. La
narval macho desarrolla uno de sus colmillos más que el otro, pudiendo llegar a
medir hasta tres metros de longitud, este colmillo es torneado.
El unicornio es símbolo de libertad, pureza, la fuerza, el
valor y la magia.