Las leyendas de amor son ancestrales y no
cesan de construirse. Sin embargo, la historia del puente de los candados de
París, nos remonta a una leyenda reciente…
Se cuenta que la tradición comenzó en este
siglo, en Roma, en el Puente Milvio donde los enamorados ponen candados en las
farolas. Sin embargo, pronto llegó a París, en los muchos puentes que tiene la
ciudad. Pero sobre todo, uno de ellos, cuando se mira a lo lejos, parece un
gran rectángulo dorado junto al rio Sena. El puente de París al que los
enamorados van a poner los candados se llama Pasarela Léopold Sédar Senghor
(también conocida como Pasarela de Solferino). Está justamente en frente del
Museo D’Orsay, o el llamado Museo de los pintores impresionistas.
Esta usanza trata de venir a poner un candado
en el Pont des Arts, sobre el río Sena, muchos de ellos trabajados con dibujos
o con los nombres de los enamorados. Una vez que la pareja coloca el candado,
lanzan la llave al rio… para que este guarde para siempre en el fondo de sus
aguas la promesa de amor, y no haya manera de deshacerla.
Se cuenta también que muchos enamorados van
más allá y colocan junto a sus candados, fragmentos de los velos de novia y
otros objetos que los identifique. Parece ser que al principio, la inédita
costumbre causó polémicas en el ayuntamiento de la ciudad, pero luego ha pasado
a ser parte no solo de las imágenes parisinas sino de su imaginario para todos
los enamorados del mundo.
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