Cuenta la leyenda, que Seram, Rey de la India, se reunió con
Seta, su sabio y humilde súbdito que decía haber inventado el Ajedrez. Seram
quiso recompensarlo y Seta le dijo:
"Deme un grano de trigo por el primer casillero, dos
por el segundo, cuatro por el tercero y así, multiplique sucesivamente por los
64 casilleros."
Seram sonrió y dijo:
"Eso es muy humilde para tan genial invento, pero esta
bien, tus deseos serán cumplidos amigo mio."
Al poco tiempo, cuando Seta regresó por su recompensa, Seram
llamó a sus consejeros a fin de solucionar la simple operación planteada por el
Sabio Inventor, pero al ver los resultados, el Rey se llevo una gran sorpresa y
las manos a la cabeza, ya que se trataba de una cantidad imposible de
recolectar. El Rey dijo:
"Tu sabiduría es grande amigo mio. Y pensar que yo
creía un premio humilde."
Luego, celebró la ocurrencia acordando la entrega de su
justo pago.
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