Según cuentan, para hacer prevalecer su reinado de los
Andes, el Cóndor y el Zorro se colocaron en lo más alto de la Puna, a fin de
soportar un gran reto, y era la terrible noche con tormenta, lluvias torrenciales,
rayos y truenos. Este reto, podía matar al instante a cualquiera persona.
Cuando llegó la hora, el Cóndor trataba de abrigarse
escondiendo su pico y su plumaje, mientras que el Zorro, buscaba calor
enroscándose en su frondosa Cola. Con el pasar de las largas horas, y a punto
de desfallecer, el Cóndor desplegó sus alas y extendió su cuello cuando la
lluvia ya estaba disminuyendo, y al ver a su lado, encontró solo el cadáver del
Zorro, que por su imprudente osadía, hallo una terrible y fría muerte.
Desde entonces, en la escarpada de los Andes, donde solo
sobreviven los seres superiores, el Cóndor sigue siendo el rey, de las alturas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario