Pero hubo más dificultades, ya que
Andrógeo. hijo de Minos, el poderoso rey de Creta, fue asesinado por los
atenienses, víctima de un peligroso toro que había sido soltado por Heraracles
y que campaba por la zona de Maratón (ver Heracles y Teseo). Minos atacó a los
atenienses, pero no los pudo derrotar con su limitada capacidad militar. No
obstante, el hambre, los terremotos y las epidemias consiguieron poner a los
atenienses de rodillas. Egeo aceptó las condiciones de paz de Minos, tal y como
le aconsejó el oráculo de Delfos. Entre ellas se estipulaba que una vez cada
nueve años siete jóvenes atenienses de cada sexo deberían ser ofrecidos al
Minotauro, ser mitad hombre y mitad toro (ver Minos), en el
laberinto diseñado por Dédalo, el brillante maestro de la construcción.
Con la ayuda de Ariadna. hija de Minos, Teseo consiguió
acabar con el Minotauro y liberar a la ciudad de aquel doloroso castigo (ver
Ariadna y Teseo). De regreso a Atenas, Teseo olvidó el acuerdo al que habfa
llegado con su padre antes de partir. Si todo salía bien, debería desplegar una
vela blanca en su barca. Pero Teseo. entristecido en parte al haber tenido que
dejar a su amada Ariadna en la isla de Naxos, y también contento al regresar a
casa, dejó la vela negra desplegada en el mástil. Egeo divisó el barco de su
hijo en la distancia navegando con la vela negra y, en un ataque de
desesperación, se lanzó desde una roca hacia el mar. Desde entonces, el mar en
el que el infortunado rey ateniense perdió la vida fue conocido como mar Egeo.
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